Friday, December 21, 2012

Resumen del cuento: Buen viaje señor presidente


   Había un presidente, exiliado de su país y viviendo en Ginebra, quien estaba muy viejo y tenía una enfermedad muy seria. Un día ventoso del comienzo del otoño, el presidente fue al hospital donde un médico le explicó que finalmente ha descubierto la razón para su dolor y precisó que requiso una operación arriesgada y cara. El presidente salió del hospital tratando de digerir esta mala noticia y fue a una cafetería donde pidió una botella de agua de Evian y una taza de café. Había renunciado el hábito de café hacía muchos años pero este día lo bebió porque sabía que la muerte está cerca, y no necesitaba preocuparle tanto con la salud.

   Se sintió entonces como alguien estaba mirándole y vio un hombre pálido y sin afeitar quien apartaron los ojos para que la mirada no tropezara con la suya. El presidente terminó leer su periódico y salió de la cafetería con indiferencia. Muy pronto, se sintió los pasos detrás de los suyos y detuvo en la mitad de la calle. Se enfrentó con el hombre y era muy genial con él. El hombre dijo que trabajaba en el hospital y que era del mismo país que el presidente. Lo invitó a almorzar en un restaurante caro. El hombre le explicó que había participado en su campaña electoral y que había estado esperando un buen momento para se le introducir. Pidieron buey al carbon y vino tinto, y charlaron. Después del almuerzo, el hombre, Homero, lo invitó al presidente a cenar en su casa con su esposa, quien prepararía arroz de camarones. 

   Por lo visto, el propósito inicial de Homero, no era tan inocente. Le había estado persiguiendo al presidente por mucho tiempo para encontrar un momento a hablar y ganar el favor de él, para que pudiera preguntarle para dinero porque era tan pobre. Cuando Homero regresó a su casa y le dijo a su esposa Lázara lo que pasó, ella estaba enojada porque no había preguntado nada del presidente, y estaba más enojada cuando Homero dijo que había invitado al presidente a cenar con ellos. Lázara pidió prestado muchas cosas de sus vecinos para prepara la casa para la cena. Cambió las cortinas para unas nuevas que solo usaron para las fiestas, quitó los cubiertos de los muebles, arregló todo para conmover el presidente con el decoro de la pobreza. La cena era mas o menos agradable, pero a Lázara, ella no le gustaba el conducto del presidente. A ella, le parece falso, insolente, y tacaño.
Después de un tiempo, los maridos descubrieron que en realidad, el presidente era más pobre que ellos, y él necesitaba ayuda a pagar los gastos médicos. Les dio unas joyas, las que son las últimas cosas que le quedaron al presidente, y les preguntó a ayudarle a venderlas. Lázara estaba conmovido con la compasión cuando vio las condiciones en que el presidente vivía. Ella llevó las joyas a una tienda que las compraría y descubrió que la mayoridad no valían nada, salvo unas especiales. Sin embargo, obtuvo suficiente dinero para pagar los gastos médicos. 

   El presidente se sometió a la operación, y después está muy débil--perdiendo su pelo y sin capaz a caminar. Lázara quedó a su lado durante las noches en el hospital, y al cabo de alta, los maridos instalaron el presidente en un cuarto de la casa suyas. Poco a poco se mejoraba pero era diferente. Tenía miedo del frío, y con el invierno tan inminente, decidió salir de Ginebra para una clima mas agradable. Despidiéndole en la estación del tren, Homero se dio cuenta de que el presidente había olvidado su bastón. Homero lanzó el bastón, y “lo último que vio Lázara fue la mano trémula estirada para atrapar el bastón que nunca alcanzó, y el guardián del tren que logró agarrar por la bufanda al anciano cubierto de nieve, y lo salvó en el vacío. Lázara corrió despavorida al encuentro del marido tratando de reír detrás de las lágrimas. -Dios mío -le gritó-, ese hombre no se muere con nada.”  

-Yo dejé la última frase citada porque es mi parte favorito de todo el cuento. La imaginería que Marquez nos deja es muy tierna--feliz y triste al mismo tiempo. La amistad que creció entre el presidente y los maridos era imprevista pero necesaria. El desarrollo de cada uno de los personajes con la compasión me conmovió mucho.

4 comments:

  1. Q mala ortografía
    Horrible resumen

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  2. Te equivocaste en algo, el no vivia en Ginebra, sino en Martinica, luego fue que le toco viajar a Ginebra por lo de la Columna Vertebral.

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